La gente a veces se queja de que las empresas atacan a los empleados, los explotan o mil cosas más, habrá ocasiones en los que esto sea cierto, pero hay que ser claro señores, el que monta una empresa no lo hace para dar un servicio o por amor al arte, lo hace para conseguir dinero.
Muchas veces vemos al jefe como un ogro, un ser maligno que solo existe para impedirnos disfrutar. Pero simplemente tiene que haber alguien que ponga unas normas, unas pautas de actuación. Este señor o señores lo único que quieren es que su empresa tenga una imagen que el publico al que va destinado el servicio o servicios que la misma ofrece pueda reconocer.
Fuera de la empresa hay muchos enemigos: competencia. Por eso hay que posicionarse de una manera correcta ante todos ellos. Hay que saber dar lo que ellos no dan y si una de las cosas que el otro no da es buena imagen, pues hay que atacar por ese flanco.
Lo primero es la organización, una empresa debe estar bien organizada y cada uno debe saber el puesto que desempeña en ella.
El jefe debe ser jefe, lógicamente, pero no debe nunca olvidar que sus empleados son personas, personas que harán un mejor trabajo si se sienten bien en esa empresa, si les gusta su trabajo o si reciben algún tipo de bonificación cuando hacen una buena labor. Son muy importantes los incentivos, como ya he dicho antes, al final todo es por la pasta, si yo tengo un salario de 1.000 euros, pues bueno iré a trabajar y me esforzaré lo que yo estime necesario... pero si hay bonificaciones, intentaré conseguirlas, por ende, iré a trabajar con otro tipo de animo o por lo menos con otra cara.
Hay que dar premios a las personas que se lo merecen, tanto a nivel empresarial como a nivel personal. No podemos tratar a todo el mundo igual, porque todo el mundo no es igual. Simplemente hay que dar a cada uno lo que se merece, ni más, ni menos.
En relación a lo visto el día 11 de Octubre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario