miércoles, 22 de febrero de 2012

FORMACIÓN EN LA EMPRESA


            Plan de Formación.
Un Plan de Formación es un documento elaborado por la empresa con una finalidad: asegurar de una manera efectiva la formación de su personal durante un periodo determinado. El Plan debe tener en cuenta a las perdonas a quienes va dirigido, la manera en que se va a llevar a cabo, el presupuesto, los resultados y por supuesto la evaluación.

La Formación se define como una estrategia sistemática y planificada con la que se pretende dar una mejor capacitación y actualizar los conocimientos y habilidades exigidos por el continuo desarrollo tecnológico y lograr una mejora de la competencia personal haciendo del trabajo una fuente de aprendizaje y de satisfacción personal.


La Formación ¿Inversión o gasto?

Dejando al lado a las grandes multinacionales y a las grandes empresas, que efectivamente invierten en formación sumas importantes de dinero, muchas empresas por lo general de propiedad familiar, y empresas de tamaño medio y pequeño, no invierten nada en la formación de sus empleados, ni siquiera al entrar en la empresa. Estos son más del tipo que aprendan unos de otros. En la mayoría de las ocasiones, la formación, se ve como un lujo para empresas a las que les va muy bien, considerándola por tanto como un efecto de los beneficios y no una causa de los mismos.
La razón por las que unos piensan de una manera y otros de otra puede ser la confusión entre los conceptos de gasto e inversión. Mientras el primero no produce ningún beneficio, una vez hecho, el segundo; es susceptible de proporcionar algún beneficio a medio o largo plazo. Si consideramos la Formación como un gasto, es evidente que intentaremos reducirlo o incluso eliminarlo. Por el contrario si lo consideramos como una inversión, tenderemos a fomentarla en espera que produzca algún beneficio futuro.
Por otra parte los efectos, tanto positivos como negativos de contar o no contar con un Plan de Formación son difíciles de cuantificar, los costes de la actividad de formación, la documentación que se entrega, las horas de trabajo empleadas, etc. Son cuantificables al céntimo. De ahí que el enfrentar unos con otros se corre el riesgo de confundir los gastos con inversión.
De todas formas una empresa se planteará la necesidad de un plan de formación dependiendo de la marcha de la empresa. Se puede pensar que si le va bien, para qué la formación y si le va mal, no tendrá el suficiente capital para invertir en un plan de formación.

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